martes, 28 de junio de 2011

UNDÉCIMO CAPITULO.

Habían pasado bastantes años, concretamente dos. Lo había extrañado como la tierra extraña a la luna de día y lo seguía extrañando. En estos años habían pasado bastantes cosas, mi hermana menor había encontrado ha un hombre apuesto y con dinero y como era de esperar se había casado. Mi hermana intermedia también lo había encontrado pero lo llevaban en secreto por que el era pobre y no podía casarse con ella por que no podía costearselo. Si me preguntaran cuál de las dos historias me gustaría vivir a mi, sería la de mi hermana Emily, la mediana, que solo luchaba por amor, no como mi otra hermana que solo luchaba por más y más dinero.
¿Y yo? yo sigo esperando a Arthur cada día en aquel lago, pero él nunca llega. A veces me desilusiono, por que no creo que vuelva jamás, pero y... ¿si vuelve? si no me ve allí pensará que no le he esperado ningún día y ... en cambio, no quiero ni pensarlo.
Y cambiando de tema, esta noche nos había invitado a una fiesta muy lujosa y supuestamente provechosa para encontrar marido para mi según mi madre. Me arregle muy poco y salimos hacia allá.
Mientras llegabamos mi madre ya estaba diciendo que para encontrar al hombre de mi vida tenía que ponerme mucho más guapa, yo solamente me veía obligada a ignorar sus palabras.
Por fin llegamos y mi madre ya tenía unos apuestos caballeros para presentarme. Muy apuestos, pero más apuesto era su dinero. Pero mientras yo solo pensaba en Arthur, bueno,nunca había dejado de pensar en él.
Y vi algo extraño, vi a alguien muy parecido a él y corrí desconsolada dejando a mi madre con aquellos tres caballeros. En efecto era él con su bella prometida. Me había mentido y además no había ido a nuestro sitio especial. Me miro y corrí. Llegué a la puerta de atrás que daba a nuestro lugar y me senté allí sin más. Él se acercaba  por detrás y me dijo:
- Mi amor...
- Yo no soy nada suyo Sr Brandon y menos su amor - le interrumpí.
- Voy a acabar con esta farsa, por que... - su voz entristeció
- ¿Por que no me amas? - dije con lágrimas en los ojos.
- No. La amo como nunca, pero ¿no me podía casar con mi hermana, no? - su cara expresaba felicidad y ironía.
- ¿Su hermana es la que está ahí dentro?
- Claro. Mi prometida esta en Londres, esta me había extrañado tan poco que había buscado otro ricachón con el que casarse.
- ¡OH ARTHUR!- Le abracé tan fuerte, que lo dejé sin respiración, pero me daba igual, era mio, solo mio.

1 comentario:

  1. Holaaaa! Me encanta tu blog.
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